sábado, 5 de junio de 2010

Antología Literaria

De golpe y en el peor momento, cuando menos lo esperaba, me encuentro rodeado de tantas cosas, que juro no entender si es una ironía de la vida, o si debo arrastrar mi pesar de una mejor manera. No consigo entender cómo lográs éstas cosas. No debía ser así todo esto. Juro no quererlo, pero es tan tentador, y me hace tan bien, que difícil es negarme. Te mentiría si te dijera que no quiero que pase, pero también te estaría faltando a la verdad al decirte lo que me está pasando, porque proyectaría con eso tantas cosas inlogrables; nos haría soñar tantas situaciones, nos llevaría a tantos lados, y nos haría hacer tantas cosas que nunca vamos a poder hacer, que de la misma manera, te estaría mintiendo.
Me cuesta, sobre todo en este momento de mi vida, poder conciliar esta situación tan utópica, esta relación tan anhelada peor no esperada. Cuando de golpe, después de una ceguera crónica, tan grande y nula, te das cuenta que podés ver, y que no eras ciego, sino que tenías los ojos cerrados, después de todo esto, cuesta mucho entender las cosas. Es necesario hacer una nueva adaptación a las situaciones, para poder entender cada uno de sus significados. De verdad, cuesta mucho esa adaptación.Cómo entender cada cosa que pasa con vos, cuando no las espero de nadie? Cómo contestar cada palabra rodeada de ternura que sale de tu boca, cuando es lo único que no quiero escuchar? Cómo reacciono a tus miradas, que tan rápido te delataron, cuando nunca esperé que tus ojos me hablen tanto? Cómo compartir esos momentos tan dulces justo en el momento que no quiero compartir ni la vereda de mi casa? Cómo entraste a mi cama!!!? Hasta la semana pasada, eso era imposible.
Si realmente supieras quien soy, te darías cuenta de todo esto. Si sabrías que soy el tipo de persona que no permite esas cosas, y no por negárselas, sino por no poder encontrar lo que busca, te sentirías acreedora del premio nobel al amor. Si supieras que sos lo que hace tiempo dejé de buscar, resignado de la vida, por no haberte encontrado. Si pudieras comprender lo que generás en mí, juro que te asustarías. Hasta risa me da que la ironía de la vida te traiga ahora, justo en este momento, en el cual, más resignado que nunca, decido cambiar mis hábitos e intentar con un cambio de aire y nuevos rumbos, concretar uno de los sueños que todavía me quedan en el baúl.
Pero no es el único sueño pendiente. No es mi única ambición. Ahora, vos también formás parte de ellas, formás parte de los sueños que dejé de querer soñar, sos el pedacito de vida que me faltaba. Por eso te odio tanto, porque si bien llenás un lugar que hacía eco dentro de mí, ahora ese eco me lo llevo, y eso me hace odiarte. Pensalo, me llevo sólo el eco de todo esto. Entonces, qué hago cuando no te tenga, y ese eco retumbe por todos lados, reclamándome tus miradas? Qué hago cuando necesite esas cosas que ahora encontré, pero que sé, tengo que dejar atrás? En realidad, creo haber llegado al dilema que tanto me cuesta resolver: lo tengo que dejar atrás? Cómo se hace para dejar atrás algo que tanto deseaba, algo que dejé de buscar, y que apareció cuando menos debía aparecer? Cómo abandonar tanto cariño, cómo desarmar lo que en tan poco tiempo se fomentó de tal manera que hoy hace que te escriba? Y por otro lado, pero de la misma manera, cómo llevármelo? Cómo arrastrarlo junto con mis cosas, sabiendo que no ocupa lugar, pero que es tan inmenso?
Entonces pienso, lo alimento, o dejo que se enfríe para no tener nada que llevarme? En ese momento, resuelvo alimentarlo, para disfrutarlo y poder darme cuenta que se puede. Sí, yo creo que se puede. Pero, después… qué pasa después?

No hay comentarios: