Y ésto hizo falta para darme cuenta que puedo. Y esta vez, puedo de verdad. Esta vez, me comprometo con el corazón, a que no te falte nada, corazón. Sólo dejame, no probar, sino actuar!

Match Point

Verdades que aparecen y hacen replantear juicios.
Él hace de juez. Ella se pasa del banquillo al jurado; no sabe dónde queda mejor.
Ahora, él acepta las lágrimas de la que quiere que ella sea, sabiendo que no lo es. Ella pinta cuadros. Él observa. Ella los presenta. Él le compra, pero todavía no los paga.





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Game Over

Ella juega a que lo ama. Él acepta su ficción. Los dos saben que el juego terminó.
Otra vez, él se deja acariciar por una de todas las que ella siempre quiso ser, aunque nunca lo haya sido.





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El Juego del Miedo

Cuánta razón tiene ella cuando le dice que sería una pena. Él también sabe que lo será.

Cada uno tiene su propio reglamento. Ambos desconocen las reglas del otro; ni siquiera leyeron las propias.

Ella juega a escondidas; él, a ciegas. 

Ella cree en todo; él, de todo.

Ella no confía en sí misma; él tampoco.

Cuando las cosas se aprueban a libro cerrado, lo que también queda cerrado, es el caso. La discusión diaria debe reemplazarse por una única, que aclare, que decida, que persista. Pero antes, hay que tener ganas de ganar.

Ella es la única que lo acaricia; él, se deja acariciar por todas las que ella es.