martes, 4 de octubre de 2011

Irracional

Atracción.


Hay una fuerza que no pudimos vencer. Fuerza que me atrajo. Esa fuerza que también te atrajo a vos... esa que te empujó hasta mí de nuevo, mientras pataleabas caprichosamente, con los brazos cruzados, por no volver. Esa que nos devuelve. Esa que no supimos vencer.

Una fuerza que inevitablemente nos volvió a juntar. Fuerza, contra la cual peleamos, intentando desvanecer, inútilmente. Una fuerza que, tomada una decisión, se nos burló en la cara. Fuerza que nos pudo, fuerza que nos quiso de nuevo juntos. Hay una fuerza, sí, que no pudimos vencer.



Contradicción.

Cuando no hubo manera de explicar; cuando faltaron los “porqué”; cuando sabiendo que no, fuimos por el sí; cuando conociendo el dolor, nos dejamos tentar; cuando sabíamos que el problema raíz seguía intacto; cuando no habiendo solución alguna, y sin embargo volvimos, fue porque hay una fuerza, que no pudimos vencer.

Fuerza que conocí con vos, fuerza de la que era escéptico, fuerza de la que me reía, fuerza que menospreciaba. Hay una fuerza, que no pudimos vencer.



Racionalidad.

Somos racionales. ¿Somos racionales? ¿Hasta cuándo? Hasta que dejamos de pensar, de calcular, de obedecer a nuestros instintos. Hasta que aparece esa fuerza, que nos lleva, que nos convence de dejarnos llevar, que le permitimos contradecirnos. Fuerza, que no pudimos vencer.

Hay una fuerza, que te empuja, que aunque te quedes parado, duro, inmóvil, te arrastra. Hay una fuerza que pudo más, que no escuchó nuestros reclamos de incompatibilidad, que hizo caso omiso a los reiterados temas que nos separaban, que siempre fueron los mismos; hay una fuerza que no entiende de desamores, de desconfianzas, de desalientos, de falta de proyectos... Fuerza, que no pudimos vencer.



Reincidencia ¿por qué?

Caímos de nuevo en lo mismo, sabiendo que iba a ser lo mismo. Ni vos ni yo quisimos volver. Ni vos ni yo creímos que íbamos a poder. Ni vos ni yo pensamos soluciones. Ni vos, ni yo, intentamos reconquistarnos. Julieta se equivoca, no soy para ti, y no eres para mi. Pero volvimos. Y es que hay una fuerza, que no pudimos vencer.

Me cansé de escucharte decir que nos mentíamos a nosotros mismos. No. No nos mentíamos. Es que hubo amor, mucho amor... fuerza, a la cual, no pudimos vencer.