lunes, 7 de junio de 2010

Carta al amor

Hola, cómo estás? A ver.. Cómo te explico… Viste cuando te pasa, que no sabés cómo ni por qué te pasa? Bueno, algo así, pero no… esperá que busco la manera de explicártelo bien… que sé yo, viste cuando siempre soñaste con ese recital, y te enterás que el grupo toca en tu ciudad, y llamás todos los días a la radio que auspicia el show para preguntar sobre las entradas, y sos uno de los primeros en adquirirla? Y le contás a todo el mundo, toda tu ciudad se entera que asistirás a ese recital, y estás casi tan ansioso como cuando fuiste papá? Bueno, esperá que esto era sólo para ponerte en clima. Viste cuando te vas 2 días antes a hacer la cola, y sos el primero para entrar al campo donde se hace el show, y de golpe te das cuenta que no va nadie a hacer cola, hasta 3 horas antes del recital? Viste cuando te pasa eso? Bueno, esperá porque sigo poniéndote en clima. Viste cuando te pasa eso, que acampás al borde del estadio 2 días antes, sólo, como un gil, y sos el primero, y luego, te das cuenta que el segundo en entrar es el flaco que vino 4 horas antes, y vos estás hace dos días? Esperá que sigo. Entonces, vos entrás, te ubicás, y te das cuenta que faltan 4 horas para que comience el recital, y decís: Que boludo, dos días al pedo, pudiendo venir un par de horitas antes, y era lo mismo. Pero no te das por vencido, decís: todo lo hago por esta banda, porque es la única vez en mi vida que la voy a poder ver en vivo… entonces, comenzás a transpirar, tus glándulas sudoríparas comienzan su arduo trabajo de empaparte, faltando más de tres horas para el recital. Te comprás una pepsi, te comés un pancho, escuchás el grito de “hay maní maní”, y obviamente, te comprás el maní con chocolate típico de los recitales, a $2,5, sabiendo que afuera sale ochenta centavos, pero no importa, todo lo haces por esa banda que tanto admiras e idolatrás… pero esperá che, estás más ansioso que el pibe de mi historia…. Esperá que todavía te estoy haciendo entrar en clima… Bueno, después de todo eso, empieza a anochecer, oscurece un poco, y de golpe se prenden las luces del estadio… GUAU!!! Las mismas glándulas de antes triplican su trabajo, el corazón se te acelera, tenés una taquicardia terrible, no sabés para donde mirar, buscás en el escenario a los integrantes de la banda, pero te das cuenta que todavía están los plomos terminando de armar la punta del escenario. Entonces caes: que gil, sólo prendieron las luces porque se hizo de noche… es entonces cuando te relajás un poco, y decís… tranqui man, ya va a empezar. Cuando vas por el tercer choripan, ves que al lado tuyo está el mismo que llegó 4 horas antes a hacer la cola, cuando vos estuviste 2 días esperando en tu precaria carpita. Pero no importa loco, ese no sabe lo que es acampar dos días en la vereda por tu banda favorita. En fin, de golpe, las luces del estadio se apagan, unas lucecitas rojas alcanzás a divisar en el escenario… Si, si, prendieron los equipos! Te parás, junto con la vieja que está al lado, y pensás: esta tipa que va a saber de esta banda, mira la edad que tiene… pero en ese momento nada importa… quizá te suene el celular, y pensás: Habrá pasado algo? Pero nada te importa, tu banda está a punto de entrar, tus músicos predilectos a punto de entonar sus mejores acordes para vos y setenta mil personas más, pero ellas no importan, vos pensás que tocan para vos. De repente, la primavera! Sale el bajista, el tecladista, el guitarrista, y por último, se prende la luz del baterista que hace rato está ahí, pero a oscuras, y comienza a repicar el tambor… te estremecés, la guitarra comienza sus primeros acordes, acompañada del bajo. Un juego de luces impresionante te encandila, y de golpe, ahí está, el cantante, el astro rey, la persona por la cual viviste los últimos 4 meses, desde que tenés la entrada, guardada dentro de un par de medias en el cajón de tu ropa interior. Todo vibra, el público estalla en un solo grito, comienzan las palmas, la banda abre el show con su mejor hit, y ahí estás vos, cantando y saltando, sin sacarle los ojos de encima al cantante, siguiendo todos sus movimientos, cantando a la par, y no lo crees. Eso es lo más importante, no lo podés creer, no caes que estás en ese estadio, con esa banda que te cansaste de escuchar en tu mp3, pero, sin embargo, seguís escuchando cada vez que te tomás el cole a la facu. Te tiembla el cuerpo, se te sacude el cerebro, casi se te paraliza el corazón, los nervios se te estremecen, tu torrente sanguíneo, a pesar de la metafórica parada de tu corazón, está loco y a mil como nunca, y ahí estás. Sí, estás asistiendo al mejor show de tu vida, ese show que tanto esperaste y que tanto anhelaste, ahí está, frente tuyo. El cantante canta, el guitarrista guitarrea, el bajista bajea, y el baterista, bueno, en fin, cada uno con su labor hace que esa noche sea para vos inolvidable.


Pero te dije que esperes! Todavía te estoy haciendo entrar en clima, ahora viene la parte importante: de repente, y me da hasta cosa decirlo así, pero de repente, te despertás… NO!!! TE QUERÉS MORIR!!! Era un sueño!!! Sí, estás tan ansioso con ese recital, que hasta lo soñás… Transpirado, y muy nervioso, corrés a tu cajón de ropa interior para ver si tenés la entrada, la buscás como loco, no la encontrás, te desesperás, te baja la presión, y te desmayás. Cinco minutos después te volvés a despertar, y recién ahí te das cuenta que fue todo un sueño. Soñaste con el recital, soñaste que el recital era un sueño, y soñaste que buscabas nervioso la entrada a oscuras en tu primer cajón del placard.

Entonces, te relajás, todo era un sueño, y entre dormido intentás descubrir si realmente habías comprado esa entrada, o si realmente ese recital estaba por suceder en tu ciudad, o si sólo fue una broma de mal gusto que te jugó el inconsciente, y te hizo soñar semejante anhelo, jugando también con tus sentimientos, y tus ganas de vivirlos.

Basta de metáforas, basta de filosofía de liquidación. La vida, hoy, me hicieron verla así. Tal y como la describí. Sí, así es. La vida se trata de eso, de esperar, de soñar, de anhelar, como un pendejo que espera esa banda, que hasta sueña con el recital que está por venir, o sólo sueña con que está por venir ese recital, pero sabiendo que nunca va a llegar, o por lo menos, no está en los planes de este año.

Así ví las cosas hoy. Todo está de gira, como una gran banda, recorriendo lugares, y uno tiene que esperar que llegue. Eso sí, cuando llega, AGARRATE!!! Porque no sabés cómo carajo enfrentarlo. Hoy ví venir algo, que nunca pasó. Hoy llegó, o no alcanzó a llegar. Hoy la banda tocó, no en mi ciudad, pero sí en un pueblo muy cerquita. No sé si pude asistir al show, pero sí sé que lo escuché, desde lejos pero lo escuché. Hoy me hiciste temblar el cuerpo, me sacudiste el cerebro, casi me paralizas el corazón, me estremeciste los nervios, y lograste que mi torrente sanguíneo, a pesar de la metafórica parada de mi corazón, esté como loco y a mil, como hace mucho tiempo no estaba. Gracias, y espero que la banda siga sonando. SHOW MUST GO ON!!!

sábado, 5 de junio de 2010

Antología Literaria

De golpe y en el peor momento, cuando menos lo esperaba, me encuentro rodeado de tantas cosas, que juro no entender si es una ironía de la vida, o si debo arrastrar mi pesar de una mejor manera. No consigo entender cómo lográs éstas cosas. No debía ser así todo esto. Juro no quererlo, pero es tan tentador, y me hace tan bien, que difícil es negarme. Te mentiría si te dijera que no quiero que pase, pero también te estaría faltando a la verdad al decirte lo que me está pasando, porque proyectaría con eso tantas cosas inlogrables; nos haría soñar tantas situaciones, nos llevaría a tantos lados, y nos haría hacer tantas cosas que nunca vamos a poder hacer, que de la misma manera, te estaría mintiendo.
Me cuesta, sobre todo en este momento de mi vida, poder conciliar esta situación tan utópica, esta relación tan anhelada peor no esperada. Cuando de golpe, después de una ceguera crónica, tan grande y nula, te das cuenta que podés ver, y que no eras ciego, sino que tenías los ojos cerrados, después de todo esto, cuesta mucho entender las cosas. Es necesario hacer una nueva adaptación a las situaciones, para poder entender cada uno de sus significados. De verdad, cuesta mucho esa adaptación.Cómo entender cada cosa que pasa con vos, cuando no las espero de nadie? Cómo contestar cada palabra rodeada de ternura que sale de tu boca, cuando es lo único que no quiero escuchar? Cómo reacciono a tus miradas, que tan rápido te delataron, cuando nunca esperé que tus ojos me hablen tanto? Cómo compartir esos momentos tan dulces justo en el momento que no quiero compartir ni la vereda de mi casa? Cómo entraste a mi cama!!!? Hasta la semana pasada, eso era imposible.
Si realmente supieras quien soy, te darías cuenta de todo esto. Si sabrías que soy el tipo de persona que no permite esas cosas, y no por negárselas, sino por no poder encontrar lo que busca, te sentirías acreedora del premio nobel al amor. Si supieras que sos lo que hace tiempo dejé de buscar, resignado de la vida, por no haberte encontrado. Si pudieras comprender lo que generás en mí, juro que te asustarías. Hasta risa me da que la ironía de la vida te traiga ahora, justo en este momento, en el cual, más resignado que nunca, decido cambiar mis hábitos e intentar con un cambio de aire y nuevos rumbos, concretar uno de los sueños que todavía me quedan en el baúl.
Pero no es el único sueño pendiente. No es mi única ambición. Ahora, vos también formás parte de ellas, formás parte de los sueños que dejé de querer soñar, sos el pedacito de vida que me faltaba. Por eso te odio tanto, porque si bien llenás un lugar que hacía eco dentro de mí, ahora ese eco me lo llevo, y eso me hace odiarte. Pensalo, me llevo sólo el eco de todo esto. Entonces, qué hago cuando no te tenga, y ese eco retumbe por todos lados, reclamándome tus miradas? Qué hago cuando necesite esas cosas que ahora encontré, pero que sé, tengo que dejar atrás? En realidad, creo haber llegado al dilema que tanto me cuesta resolver: lo tengo que dejar atrás? Cómo se hace para dejar atrás algo que tanto deseaba, algo que dejé de buscar, y que apareció cuando menos debía aparecer? Cómo abandonar tanto cariño, cómo desarmar lo que en tan poco tiempo se fomentó de tal manera que hoy hace que te escriba? Y por otro lado, pero de la misma manera, cómo llevármelo? Cómo arrastrarlo junto con mis cosas, sabiendo que no ocupa lugar, pero que es tan inmenso?
Entonces pienso, lo alimento, o dejo que se enfríe para no tener nada que llevarme? En ese momento, resuelvo alimentarlo, para disfrutarlo y poder darme cuenta que se puede. Sí, yo creo que se puede. Pero, después… qué pasa después?

jueves, 3 de junio de 2010

Antología Literaria

Con el alma partida en infinitos pedazos, te escribo, te pienso, y teniéndote, ya te extraño. Qué difícil lo que nos espera, qué complicada va a ser esta parte amor. Cómo voy a extrañar tus tardes, tus siestas, tus no siestas jugando conmigo, tus ríos, tus risas, tus abrazos… y tus “papi, te quiero mucho” antes de dormirte… tus “quiero dormir con vos”, y tus tantísimos “papi, que lindo la pasé hoy”… Ya, con terribles goteras en los ojos, te pienso lejos, pero aún teniéndote. Imagino lo que va a ser cuando no te tenga amor!!! Qué dura que se viene la mano corazón… Después del verano que pasamos, después de tantas complicidades vividas juntos en este último tiempo, después de tanto amor y caricias compartidas, cómo voy a hacer, CÓMO VOY A HACER???
Pero ya está… estoy en la recta final, con el bolso casi armado, y partiendo. Ya vas a entender todos los porqués que te deben estar aquejando ahora. Cómo enfrentar esos ojitos que se humedecen cada vez que te digo que papi se está por ir de viaje, a terminar su carrera, y va a venir sólo mes por medio? Cómo calmar esa angustia que por un rato me destruye cuando veo tu puchero, haciéndome saber que ya estás entendiendo lo que significa que “papá se va de viaje”? Cómo soportar esa carita, esos ojitos que se caen, esa sonrisa que se apaga, cuando escuchás esas palabras? Pero tenés que saberlo, tenés que entenderlo, y cómo me duele que lo entiendas!!! Daría cualquier cosa por llevarte conmigo, juro que lo haría. Pero todavía no nos toca. Ya va a haber tiempo para todo lo que deseo, y para todo lo que, en este verano, vos con tus tres míseros añitos, demostraste también querer. Compartimos muchos sueños, me encanta no sentirme sólo en todo lo que quiero, que sabés muy bien qué es. Me encanta que pienses lo mismo. Pero esperemos. Todavía falta un poco. Aguantemos amor, que nuestros corazones ya se fundirán!!! Te ama. Papá


Verano de muchas sensaciones que prendieron como nunca